Hola a todos
Tenía meses sin postear en el blog, esta primera mitad del año estuvo de locos y ni tiempo de cocinar tenía, me la pasaba comprando comida en alguna fondita cerca del trabajo. Entre la carga de trabajo en la oficina, los pedidos de pasteles y mesas de postres; así como la enfermedad de Cuba, apenas tenía tiempo para dormir unas cuantas horas.
Hace algún tiempo les comenté que Cuba tenía cáncer; a pesar de las quimioterapias y cirugías, salieron más tumores que crecieron a uan velocidad impresionante. La salud de Cuba decayó como consecuencia del tratamiento y de los tumores que no cedieron. Sus intestinos y estómago se inflamaron lo que le provocaba vómito y dolor; los análisis clínicos indicaron que tenía una anemia no regenerativa como consecuencia del cáncer.
Finalmente la doctora nos dijo que habría que operarla para extirparle los tumores y hacer una biopsia de intestino, sin embargo ella no estaba en condiciones para cirugía y tenía un 50% de sobrevivirla; como podrán imaginar, decidimos no operarla y mantenerla estable con nosotros un poco más de tiempo, procurando darle calidad de vida y sin sufrimiento.
Había días buenos y días malos; pero todos los días ella luchó mucho y procuró ocultar su dolor y malestar. Con el paso del tiempo, había más días malos que buenos, así que tuvimos que tomar una de las decisiones más dolorosas que puede pasar cualquier persona que ama a los animales.
El día de su eutanasia fue mágico, desayunó muy bien, se tomó su medicina sin dificultad, controlaba sus esfínteres (cosa que ya no hacía), ladraba, brincaba y se veía feliz. Le dimos de comer galletas, premios, su comida húmeda y jitomate; muchos se preguntarán ¿qué tiene de especial que coma y que ladre?; pues Cuba ya no lo hacía, no quería comer, no la hacía feliz ver sus premios ni comida de humano, había perdido cerca de 4kg en mes y medio.
Antes de ir con la doctora le dimos un paseo cerca de la casa, se veía serena y contenta; estábamos a punto de cancelar la cita, no podíamos dejarla ir si se veía que se sentía excelente. Platicamos mi novio y yo y tuvimos que ser objetivos, días como estos eran contados y decidimos que el último día de Cuba en la tierra fuera un día excelente para ella y que siempre la recordaríamos como una perrita enérgica, tosca, juguetona, tragona y gordita.
El momento de su partida fue difícil para nosotros, pero parecía que ella estaba consciente de lo que pasaba y se mostró bastante relajada y en paz, nos dio un besito de despedida (algo no muy común en ella).
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